¿Qué contenidos necesito para mi web?

En un artículo anterior os decíamos que hay una serie de contenidos que son casi obligatorios porque son comunes tanto a webs complejas como simples, que vendan productos o servicios, que sean una frutería o un bufete de abogados.

Vamos a detenernos un momento a reflexionar sobre ellos.

  • Un texto donde quede claro qué hacemos y qué ofrecemos, comprensible muy rápidamente. Si nada más entrar en la web el lector ya sabe dónde está, le será más fácil comprender cualquier contenido.
  • Quiénes somos. Aquí generalmente se suele dosificar, porque suele tener dos vertientes.
    • Por un lado, hay una parte funcional, que tiene la vocación del punto anterior, que debe dejar claro y rápidamente que somos personas o una empresa de confianza, por ejemplo en el caso de que seamos una cooperativa o una empresa de economía social, es necesario explicitarlo ya que eso ya confiere una serie de valores que hacen que nuestros productos o servicios sean más atractivos. Y además incluiríamos nuestros valores personales, los valores de marca, porqué somos mejores nosotros que otros (¿porque somos más profesionales?,¿ porque hacemos cosas más artísticas?, ¿porque somos más ecológicos?, ¿porque tenemos los precios más baratos?…) debemos saber ese porqué (ventaja competitiva) y comunicarla.
    • Por otro lado, está la parte más oficial o técnica. Estos textos se leen menos porque suelen ser farragosos, pero deben de estar como un compromiso de transparencia y también por su inverso, es decir porque el hecho de que no estuviese sí que sería decisivo desde el punto negativo, podría percibirse cómo si quisiésemos ocultar algo.
    • Ligado a ésto aunque en otro apartado, debe de estar el aviso legal y la política de cookies, que no dejan de ser un compromiso más de transparencia y de confianza, en que trataremos los datos de los clientes para un uso adecuado, con profesionalidad y atendiendo a la normativa. Para este tipo de textos suelen haber plantillas que tan solo debemos sustituir nuestros datos (domicilio, titularidad, etc.). Lo importante es que nuestra práctica cumpla lo que dice el texto, que al fin y al cabo es sentido común.
  • Contacto. Debemos permitir que le sea muy fácil al cliente comunicarse con nosotros. Esta información conviene que esté visible en la web. Sobre los canales de contacto siempre hay debate. Correo electrónico y teléfono, deben de estar. Y ya está bastante consensuado que un formulario de contacto, también porque hay quien prefiere comunicarse sin salir de la web, y a los propietarios de la web no le supone ningún esfuerzo extra. Ya hay muchas empresas que además ofrecen la comunicación más instantánea (whatsapp o telegram) o a través de videoconferencia (Hangout o Skype, por ejemplo). Aquí no hay una respuesta clara, ya que por un lado estamos en todos los canales pero a su vez, nos exige más tiempo, dedicación o recursos. Y sin hablar ya de las redes sociales que hablaremos en el punto siguiente.
  • Dónde estamos. Muy relacionado con el contacto está la respuesta a cómo llegar. Ahí variará en función de si nuestra empresa ofrece atención al público, o de si es un taller, con acceso más restringido, por ejemplo. En cualquier caso, debemos indicar dónde estamos, porque ello confiere confianza, ya que no somos «una empresa de internet» sino que estamos asentados en un espacio físico, que no somos nómadas. La tecnología de mapas nos lo pone cada vez más fácil. No obstante en aquellos casos donde no sea fácil, debemos añadir unas indicaciones.

Blog y redes sociales, ¿obligatorios o aconsejables?

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