Seguimos explicando ideas, sugerencias y ejemplos de cara a sacarle más provecho a nuestra empresas en estos días, hoy hemos querido centrarnos en como aprovechar los valores de nuestra empresa de economía social
La Identidad cooperativa sí que es un valor añadido
¿Por qué nosotr@s no somos como una franquicia o una multinacional? Es una pregunta que debemos hacernos constantemente. Una vez que tengamos esa respuesta clara y a mano, debemos potenciarla.
Si la tenemos presente se impregnará en nuestros mensajes y en nuestro proyecto, pero también está bien que en estos tiempos que nos exigen ser más adultos: que seamos más sinceros y lo explicitemos. Sabemos que hay dificultades, y no debemos esconderlas.
Una tienda de comidas del barrio hace poco explicaba que no quería usar los servicios de mensajería habituales porque no tenía claro que cumpliesen sus condiciones laborales y que ellos acudirían a entregarla, no hace falta entrar en si es verdad o no, pero la gente que sintonice con esa sensibilidad, reforzará su vínculo, y sus ganas de colaborar con ellas. Por tanto, esa decisión debe ser comunicada, aunque a priori pueda parecer que es algo privado, ya que como decíamos al principio, aquello que no decimos, no se sabe.
Pero también, otro ejemplo puede ser pedir la colaboración hablando de lo complicado que es la situación, por ejemplo en el barrio veíamos una propuesta de comprar bonos de tiendas del barrio, como compra por anticipado, que ayuda a dar liquidez a las tiendas del barrio, que visitamos y visitaremos asiduamente, y ello era a cambio de un pequeño ahorro, pero sobre todo era la manera de hacer explicito y consciente, que este tiempo va en serio, y que requiere unión y colaboración, para superarlo. Acciones como esas parecen positivas en ese sentido.
Quizás también puede ser una oportunidad para recordar quiénes somos, de dónde venimos, cuál es nuestro proyecto. A menudo nuestr@s cooperativistas nos recuerdan que es un texto difícil, porque habla de nosotros mismos, y además suele ser el texto que siempre postergamos porque nunca tenemos tiempo. Pues quizás ahora es una buena ocasión para enfrentarnos a redactarlo. Algunas empresas que colaboran con nosotros así lo han hecho, y les hemos hecho sugerencias o dándoles pautas, para que se atreviesen y han – pero sobre todo hemos – descubierto, que hay proyectos grandes, sensibilidades que inspiraron un herbolario ecológico, una tienda de comida a granel o un taller de gente honrada, trayectorias llenas de vida que se merecen ser contadas, y más ahora que el bien común se revela como algo necesario y reivindicable con la cara bien alta. Omnia sunt communia, que ya dijeron nuestros sabios antepasados.