En las webs hay muchas posibilidades para hacer un menú.
Los menús, muchas veces es en lo primero que pensamos cuando empezamos a hacer una web, y sin embargo no debería ser así. Hoy quiero hablaros de los menús desde tres perspectivas, que creo que debéis tener en cuenta para idearlos. Estas perspectivas están muy interrelacionadas, pero las separo para que sean más fáciles de comprender. En este artículo de hoy vamos a hablar de la clasificación y organización de los contenidos, y en los otros artículos hablaremos de estos 2 también:
- Menús visibles y referencias más ocultas.
- Funcionalidades y más posibilidades de los menús
La clasificación y organización de los contenidos
Como decíamos antes, las prisas por querer construir la casa (la web) nos llevan rápidamente a querer montar la fachada sin saber cuántas puertas o ventanas tendremos. Bien es verdad, que sobretodo en páginas poco complejas con los contenidos obligatorios que ya hablamos en otro «post» casi tendríamos el menú. Pero incluso en ese caso, puede ser un error. Ya nos señala el dicho, que las prisas son malas consejeras.
Primero que nada, debemos tener claro que necesitamos un inventario de contenidos. Es decir, debemos pensar qué queremos contar, a quién y por qué. Muchas de estas tareas, sería incluso más fácil hacerlas sin ordenador. Es mejor preguntarle a la vecina si entiende a qué nos dedicamos o cómo entiende una palabra (que puede ser un servicio o un producto). Por ejemplo, los profesionales de la tienda de muebles pueden hablar de mobiliario, y saben dónde están los límites, pero igual el futuro comprador, no sabe si ahí estarán las perchas o paragüeros, porque en realidad, él cree que se mueve y por tanto sería ‘mobiliario’. Esto hará que sepamos si necesitamos 1, 2 o 3 contenidos de un apartado. Aunque en este punto convendría no pensarlos en función del menú, sino, como decíamos, en hacer un listado, un inventario de contenidos, y a ser posible de la manera más libre, para que podamos imaginar más posibilidades sin estar condicionados.
Pasos más desglosados:
- Hacer un brainstorming, que viene a ser una lluvia de ideas, donde vamos apuntando en un papel todas las cosas que nos gustaría tener, sin pensar, para que se nos puedan ocurrir muchas cosas más.
- Con la lista anterior, la revisamos y tratamos de mirarla ahora con detalle para darle un sentido, con ello nos quedaremos un inventario de contenidos, pero sin estructurarlo, es decir, sin saber cómo serán los accesos o el menú.
- Sobre esa lista pensamos que es lo más importante (a partir de los consejos que hemos visto en las otras entradas) para poder pensar qué debe estar más visible y qué menos, o cuál es su relación.
Tipos de menús
Siempre tendemos a pensar en los menús en su ubicación más común que es en la parte superior, pero ésto no es así. Menús podemos tener en diferentes sitios. Primero que nada entendamos qué es y cómo funciona un menú.
Menús y enlaces
Un menú en el mundo analógico era el índice de un libro que cumplía 2 funciones principales: dar acceso y conformar una visión del conjunto. En una página web, ese acceso se realiza mejor, ya que a través de un enlace al pinchar nos lleva a otro sitio. Por tanto, hemos de pensar en trocear la página web en diferentes contenidos que tengan sentidos tanto autónomamente como en relación con otros. Una manera de hacerlo es mediante el menú principal pero otra forma podría ser con enlaces referenciales o contextuales.
Por ejemplo, los textos no deben de estar necesariamente estar completos de antemano, una opción muy común es poner un breve resumen, y permitir con un «leer más» acceder al contenido completo. Un símil de esta navegación a través de enlaces son las calles de una ciudad, no todos usarán todas las calles, pero el hecho de que estés en una y veas las señalizaciones de las próximas, te da una sensación de no estar perdido y además te posibilita utilizarlas si las necesitas.
Técnicas de card-sorting
Una buena manera de hacer ésto es mediante post-its donde vamos agrupando y ordenando los contenidos para buscar un nexo común que los agrupe. A esta técnica se le llama card-sorting y es muy útil sobre todo si no lo hacemos nosotros, sino que lo hacemos con diversas personas, a ser posible que sean similares a los potenciales usuarios que esperamos en nuestra página. Esto consiste en que a ellos (personas para el experimento) les damos las tarjetas con los contenidos y ellos las agrupan. Se puede hacer en papel o a través de webs, por ejemplo Optimal Sort.
Lo bueno de que las agrupen nuestras personas encuestadas, y que lo hagan libremente porque así nos darán una visión real de lo que hemos pensado. Porque en este caso lo importante no es tener razón sino acertar. Si está muy bien, pero nuestros lectores no lo encuentran, no nos sirve.
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