Una fase en la creación de las webs que no siempre se le da la importancia que merece es la redacción de contenidos.
Muchas veces redactamos los contenidos de una web para nosotros mismos, y olvidamos que las webs sirven para comunicar, es decir, que hay un emisor que conoce el tema pero un receptor al que debemos cautivar o al menos no sugerirle errores.
Debemos de ponernos siempre en el lado del otro para saber si le quedará claro, ya que a diferencia del pasado, en la actual sociedad de la información los usuarios tienden a huir de aquello que no entienden, no suelen dar una segunda oportunidad.
Por ejemplo, un error habitual es contar la estructura tal y como figura en la organización interna, pero sin embargo es mucho más fácil distinguirle al usuario los espacios por su función, o por su relación con él.
Reflexionemos sobre este ejemplo. ¿Cómo le explicaríamos a alguien cómo lavarse las manos? Parece a primera vista algo de perogrullo, que todos sabemos. Pero como dicen uno no sabe algo hasta que lo enseña. Además del ejemplo, cada uno debería pensar cómo cuenta sus servicios o sus productos, lo hace de una manera tan clara que los usuarios lo entienden, o está escrito contando con que ellos ya conocen previamente el tema. Ahí habrá más cosas que pensar como el target, es decir el público prioritario al que nos enfrentamos.
¿Cómo lavarse las manos?
Primero que nada deberíamos plantearnos si nosotros mismos coincidimos con el ejemplo y si entendemos los pasos.
¿10 pasos son muchos? ¿Son necesarios o se podría contar con menos? ¿Se contaría igual de bien?
¿Qué visión se prioriza? ¿Habría otros enfoques posibles además del higiénico o de la eficiencia?
Os dejo estos interrogantes a partir de la imagen, y si queréis podéis mandarnos vuestras opiniones para poder hacer una reflexión conjunta.
Como algunos habréis intuido, en realidad nos interesa como podemos relacionarlo con nuestra información.